viernes, agosto 21, 2015

EL ASOMBRO DE LOS POMAGASES



a mi padre
en otro de sus agostos


Hace mucho debes haber ascendido
por los verdes canales de los pinos
hasta la cresta de las montañas más altas
en busca de un lugar abierto donde cobijar
la quietud que quisiste construir
desde estos tiempos móviles y devastados
que no supieron de la consagración
de tus empeños por inventar una razón
sin contrapesos simple y llana
como la de los árboles en los bosques
que inventan tejidos milagrosos de
pájaros y mariposas que van y vienen
por la escala de las distancias
para preservar la autonomía de su vuelo
y el encantamiento de su canto

Hace mucho la palabra busca
la musicalidad de un abecedario
capaz de descifrar el recorrido
espiral de las circunvalaciones
que van desde el tejido de tierra
hasta la explosión de los ramajes
en rítmica dimensión de una estatura
que alcanza la verticalidad de las
constelaciones de agosto
para dejarte las recaderias de tu
ausencia escritas en el singular
lenguaje vegetal de las lloviznas

Como si del ala de tu sombrero
aún brotaran las hermosas cuenterías
de tus recorridos por el interior de los
argumentos con los cuales edificabas
la noción de justicia y humanidad
en aquella escalinata que nos
enseñaste a ascender siempre más alto
como ley inalterable del corazón

Allí aprendimos el dulce oficio
de trenzar con el otro la esencia misma
de lo que somos en el solar de los nísperos
que aromaron los predios de pupilas
que se abrieron para siempre al asombro
mayor de los pomagases

Desde entonces se insertó en el costado
invisible del horizonte una suerte
de nostalgia que suele pintar de violeta
los muros circulares de los pozos mas hondos
previniendo la tristeza de todo colapso
y nutriendo el estruendo de un suspiro
que no concluirá hasta hacerse canción

Este agosto tiene sabor a arribo
y estadía como quien rescata del
recinto de tus manos una estrella diminuta
y una carta a la que se le sale
el amor por los pliegues de tanta
ternura de la que está hecha
y que hoy no cesas de leer desde
la residencia astral que hoy habitas
tal vez haciendo uso de las lamparas de sol
o los resplandores nocturnos de marte
en su paso por la constelación de tauro

Sé que navegas en el vigil
de los jurbash como nuestro eterno
acompañante de aventuras que no
habrán de zozobrar jamás

21 de agosto del 2007


mery sananes


Joaquín Rodrigo /Adagio / Concierto de Aranjuez
Paco de Lucía



2 comentarios:

Emilia Lee dijo...

Gracias Mary!
Fue como si le escribiera a mi Padre, quien también habita una residencia astral hace apenas 1 año.

Anónimo dijo...

Qué hermoso, querida Mery!..Seguro que él escucha tus bellas palabras escritas...en el lugar donde su alma habita