la fuente del nácar que resplandecía
en la diminuta arquitectura del salitre,
uno a uno los sitios de la arena donde las guitarras
alzaron su torre nocturna en torno al vino.
Conservo nombres, gestos pincelados de plata
y azafrán en las pequeñas hogueras de las dunas,
bocas atentas en la vigilia del canto,
esa enredadera que florece
en las seis tensas singladuras del alma.
Tal vez retazos de viejas banderas
donde la patria pudo ser el pan,
la cuerda donde tender la voz al sol.
Supe también el orden de los nacimientos,
el arcano átomo que encendía la furia.
Suaves avenidas que condujeron
a los hombres y sus brazos al cardumen.
En las copas bajo los parrales la contorsión
de oceánicas serpientes fabulosas, ignotas tierras
donde las manos repartieron el sentido del viento.
Ay tripulación de la mesa, sonora cubierta,
abecedaria fraternidad en asamblea anual
bajo guirnalda de escamas
ofrendando tornasol de voces.
Dónde reposa la gota madre, el primer racimo
del oleaje, la pequeña multitud
que marchó a la orilla a inaugurar mareas?
Vi espaldas con aletas de luz, ojos anclando
su desafío oceánico en los tiempos.
Has visto alguna vez seres marinos
emerger victoriosos de semejante silencio?
El hombre en altamar encuentra sus orígenes
pero en la orilla va y viene al soliloquio
con las manos llenas de palabras relucientes.
Del libro recién pubicado
Explicaciones con mar y otros elementos
Poesia. Uni Service (Trento) 2007.
Edicion Bilingue italiano/español
http://www.uni-service.it/editrice_uni_service.php?PHPSESSID=88b2f0aeef724134b8074972e8e5827d
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