sábado, octubre 24, 2015

LA DIMENSIÓN EXACTA DE LA TERNURA



Suelta el dorado sus hilos
tiñe los árboles con su orfebrería
se desliza por los altos muros de una
ciudad deshabitada de luceros
se deja caer sobre el asfalto mitigando
la tristeza que se prende de las horas
y emerge como un canto a la vida
como si nada importara más que esos
rayos que sonríen y se posan sobre
los párpados secando las lágrimas
dibujando porvenires de pomarrosa
y mandarinares

Los deja y se va como si pintara
la ciudad del color del trigo que se
desgrana en pan de amor
como si supiera que más allá de
las penas la vida repite incesante su
ciclo enamorado

¿Cuándo el hombre se detendrá
a mirar el milagro de esa luz de hilos
que escribe cada tarde un allegro
a la vida que pasa cabalgando
en las alas de las mariposas
en el corazón saturado de alegría
de los pájaros que regresan a sus nidos?

¿Cuándo se detendrá a medir el movimiento
de las hojas cuando las zarandea el aire
en estos atardeceres coloreados de jazmines
y azahares que aguardan la noche para
regar en el corazón de los transeúntes
el abecedario secreto de los besos?

Tal vez si lo hiciera ascendería
por esos hilos hasta el interior de si mismo
y como un espejo que se desdobla
encontraría el verdadero origen
de todo lo que vive y miraría asombrado
su propia arquitectura sideral
hasta alcanzar la dimensión exacta
de su ternura


texto y foto
mery sananes
07 de agosto del 2009


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