Un paisaje que se pierde a lo lejos
aunque sus aromerías se hayan quedado
prendidas de la retina como una piel
que no alcanzamos a tocar
Un acorde que se queda vibrando en
la estación de los latidos y que sucumbe
ante la arremetida de las lágrimas
Un tiempo que se derrama incontenible
en el ecuador de una mirada
Un espejo en cuyas opacidades
navega un mar enfurecido en busca
de la orilla resplandeciente de
una contingencia
Un cielo mordido a dentelladas
por un pájaro herido en cuyo plumaje
habita la esperanza
Un susurro encerrado en el envés
de una caricia que aguarda acampar
en la simetría alada de un beso
El espacio doblegado de un segundo
que dejamos transcurrir sin atajar
la corteza de su adiós
Una tristeza que vislumbró en los
pliegues de sus dedos el allegro de una
sonata que aún nadie ha escuchado
texto y foto
mery sananes
19 de julio del 2010
1 comentario:
Me encanta esa creación de nuevos vocablos: aromería
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