lunes, junio 19, 2017

UNO NUNCA SE DESPIDE DE LOS HIJOS




Para Carmen y René 


 Piero Rodríguez a un año de su viaje al corazón de sus hijos


Donde quiera que estés,
nos salva tu sonrisa...
RRS

Uno nunca se despide de los hijos. Ni cuando por primera vez uno los deja en un aposento distinto al del regazo. Ni cuando llega ese día donde toca llevarlos al recinto de una escuela y uno se queda adherido a los cristales como si nunca fuese a llegar la hora de ir a recogerlos.

Ay de esa hora en la que permanecen en una casa ajena o en la que se van lejos, más allá del solar a descubrir los horizontes de otros rostros, de otros instantes estremecidos de la vida.



Y ay de ese tiempo en el cual ya recogen sus aperos para comenzar a escribir su propia historia. Y uno se va con ellos enredados en las trenzas de los zapatos, adherido a los ojales,  en el envoltorio del pan que ya no les preparamos, en la valija de sus sueños,  en la tempestad del tiempo y la algarabía de cada victoria que conquistan desde todas las lejanías.



No se despide uno jamás de los hijos, porque siguen cosidos a nuestras manos, sembrados en las pupilas,  enhebrados con hilos de estaño y plata a los días.




Menos aún si contrariando toda verticalidad, el azar en un instante se los lleva a una dimensión inesperada. Y uno se queda inerme, desprovisto de todo,  anclado en ese hacer girar el tiempo al revés, que nos lleva una y otra vez a la vida vivida,  a la cosecha de risas, a la mesa servida,  a entablar ese diálogo infinito con lo que jamás se habrá de desprender de la piel de los regocijos.


Y cuando eso ocurre, la despedida se revierte y se convierte en un arribo permanente,  en una presencia inagotable, porque el gesto que se quedó inmóvil sigue reverberando en el interior de las horas, las alegrías construidas continúan creciendo como un huerto de siemprevivas, en cada uno de nuestros días.

Y aun habiendo partido,  nunca se hace tan alta su presencia porque son nuestros sus pasos,  su respiración y sus haberes regados en el amor que siguen dejando en cada uno de los amaneceres



Vuelve uno a entender que la vida entera es una permanente despedida, como si naciéramos tan sólo para hacernos aptos para convertir cada ausencia en una fuerza irreversible, capaz de ascender por los acantilados, descender en las gotas de lluvia, hasta hacer de la memoria un vuelo nocturno por los mediodías,  un amarizaje en el sol que se devora el rocío,  una creciente de azahares sobre los días por vivir.




Piero dejó esparcidos su risa y sus hijos, esa alegría que derramaba sobre todo lo que hacía y sobre sus afectos. Dejó su ejemplo de tenacidad y persistencia, que acompaño su afán de cristalizar en un aroma único, espigas nuevas y el duende de unas aguas destiladas a través de los vasos que comunicaban su corazón con las inmensas vasijas de sus creaciones.



Piero dejó establecidas en el tiempo las lecciones de la madre y el padre, aprendidas en la mesa del herrero y en el bosque de los frutos que maduran. De él proviene una alegría única que ninguna distancia habrá de disipar. Y es hora de retomarla para dejar ir la tristeza y hacer de ella un instrumento de percusión, de viento, de cuerdas, para festejar su vivir y multiplicarlo como una ofrenda sobre los días que vendrán.

mery sananes
19 de junio 2017




33 comentarios:

lidu dijo...

Tan dolorosamente hermoso, Mary... un abrazo inmenso a René
Lidia

Anónimo dijo...

Hermosas palabras llenas de calma ante un acto de la vida doloroso y triste...Abrazo a sus padres y que la presencia etérea de Piero les siga llenando de amor sus corazones para seguir transitando la vida junto a su bella familia.
Gabriela Alonso

An Nuck dijo...

2021
Tan verdadero y cierto, porque lo llevamos prendido en la mente desde el nacimiento y reconocemos cada paso imaginado por haberlo estudiado tantas veces. Tuve y tengo a mis hijas lejos la mitad de mi vida y conozco la pena de la lejanía, todavía nos queda la alegría del reencuentro. Tener que despedir antes de hora tanto amor debe ser un tormento. Abrazo.

Maria Isabel Saavedra Usandivaras dijo...

Bellísimo y doloroso poema. Felicitaciones querida Mery Sananes, tremendo homenaje lleno de amor.🌹❤

Benisa Sanchez dijo...

Eres muy especial Mery Sananes , no tengo hijos pero he llorado mucho leyendo tú poema. Es profundamente maravilloso! Un abrazo fuerte!

Pepi Bobis Reinoso dijo...

Bellísimo y sobrecogedor texto, querida Mery. Amor siempre presente a pesar de circunstancias y pesares.

Luis Alejandro Contreras dijo...

Caramba, Mery. Me abrazo a ese arribo constante, a tu jardín de siemprevivas...

Dalia Aguilar dijo...

Maravilloso y conmovedor. Un abrazo Mery.

María Pilar García Guadilla dijo...

Bellísimo Mary. “..siguen cosidos en nuestras manos”

Ingrid Chicote dijo...

Es verdad. Nunca nos despedimos de los hijos

Marinés Romero de Lares dijo...

Me llegó a mi ser completico! Lo puedo compartir? Ya lo he hecho con otro poema tuyo apreciada Mery Sananes, pero ahora pido permiso! Amanecí menos impulsiva y este poema me aquieto el alma!

Administrador dijo...

No requieres de permiso alguno, Marinés. Más bien uno agradece en mucho que puedas expandir la palabra que uno suelta. Más aún cuando se trata de un homenaje a un ser que se nos fue tempranamente. Y gracias por tus palabras.

Navil Naime dijo...

Mery, qué responder ante semejante gesto de desprendimiento y lealtad hacia la vida. Sólo me queda aprender de ti a respirar el dulzor que deja la resignación y la fe y convertir cada despedida en un acto de amor.

Administrador dijo...

Ambos, Navil, somos aprendices permanentes. Y acompañados nos hacemos más fuertes. Gracias por tu estar. Abrazos.

Silvia Helena Failache dijo...

Palabras sentidas y hermosas. Dios lo tenga en su Reino de Glória. Cuanto lamento

Eudoro Ramos Balza dijo...

Bellas palabras, sentimiento materno, siempre grato leerte. Besos días.

Margarita Parada Palma dijo...

Te abrazo con el alma querida poeta, cuánto dolor ...Y cuánto se nos va de nosotros mismos....A veces el tiempo y la esperanza logran ser un camino....A veces....

Carmen Elena Leon-Ling dijo...

Un poema que me llena el alma como madre y cómo hija! Cada letra es liberadora ; y te permite esa reconciliación con tus propio ser , es una terapia de tantos momentos vividos y anclados en lo más profundo sin poder fluir!! Estoy impresionada con tu poesía!! Gracias 🙏

Rafael Salazar dijo...

Excelente. Feliz día. Informo:

Argelia Malaver Flores dijo...

Hermoso!

Nelson Alvarado dijo...

Hermoso y doloroso a la vez doctora Mery....

Ulina Fadul dijo...

Mery, conmovedor escrito...me llegó a lo profundo del alma y corazón, haciéndome sentir mil sentimientos entremezclados de dolor... aceptación...emociones intensas, porque aun cuando no he pasado por el dolor de ver morir un hijo, el cual me figuro como el más intenso y desgarrador, sí que he visto partir a todos mis seres más amados y conozco el inmenso pesar de la ausencia por cada uno de ellos. Pierre es tu hijo y lo son Carmen y René...pregunto. Te quiero, Mery y te acompaño espiritualmente con mi cariño y oraciones.

Administrador dijo...

Piero es el hijo del escritor dominicano René Rodríguez Soriano. Carmen es su madre y compañera de toda la vida de René. Piero, ese domingo 19 de junio del 2016, se quedó trabajando horas extras en la madrugada para poder celebrar con su hijo Rebel, el Día del Padre. La muerte lo tomó de sorpresa, probablemente se quedó dormido por un instante y quedó en el sitio. He tenido desde hace muchos años una relación fraternal con René y Carmen su esposa. Y su muerte me dejo sin aliento. Tampoco pude imaginar que cuatro años después a René se lo llevara por delante el Covid, contraído en Santo Domingo y desarrollada en Texas donde murió el 31 de marzo del 2020. Gracias siempre por acompañar, Ulina.

Administrador dijo...

Te acompañamos. La vida de los hijos es y será siempre una prolongación de la nuestra. Su partida, inmensamente desgarradora y dolorosa, cuando el Espíritu nos va devolviendo la fragancia de su presencia, comprendemos que es sólo un tránsito hacia el reencuentro.

Tocho Morgaño Silente dijo...

Precioso y estremecedor, Mery. ❤

Carmen Noria dijo...

Hermoso Mary! hermoso.....

Jose Benmaman dijo...

Una gran verdad... Dicha de una manera muy hermosa

Maravillas Cora dijo...

¡ Qué hermosa y poética dedicatoria a los hijos ! Se lo voy a enviar a mi hija, que acaba de ser madre por segunda vez y le va a gustar mucho, pero mucho.

Adriana Almendrita Del Arbol dijo...

¡Ay! Mi corazón se 💔 poeta Mery Sananes admiro su fortaleza y la manera de transformar ese doloroso suceso en un poema de amor infinito 🙏⚘abrazo su alma

Pepa Carvajal Toro dijo...

Me conmueve su relato.

Myriam Iturra Ampuero dijo...

Escrito desgarrador. Difícil escribir sobre pérdidas como ésta. Abrazos Mery.

Merly Bello Osorio dijo...

Sentimientos y emociones al leer tu hermosa dedicatoria, muy bello Mery

Marta Martinez dijo...

Precioso!!!!