martes, septiembre 08, 2020
HAS REGRESADO SALVADOR
PARA SALVADOR TENREIRO DÍAZ
Has regresado Salvador. Ahora vamos por tu recuperación. Siempre tendrás
nuestros ojos para ver, nuestras manos para escribir, carecemos de tu memoria
es verdad, pero el afecto escribe lo que la memoria de mañana habrá de ser. Y
no sé cómo decirte cuánta angustia destilaron estos días sin saber de ti.
Te buscábamos en el aire, en las lluvias, en este otoño que comienza que
casi parece un invierno, en el inventario de preguntas sin respuestas, en los
atardeceres que le dibujan filigranas al cielo, en los amaneceres que las
sombras retrasan, en los vientos que a ratos azotan la respiración, en los
abrazos que se quedaban sin ser recibidos.
Y aún con las noticias que nos envías, sentimos una alegría inmensa, un
estallido que nos borra esa tristeza de no saberte ni encontrarte.
Quien mejor que tú para sentir lo terrible de estos tiempos que nos va
minando nuestras fuerzas, robándonos nuestros haberes interiores, sacudiendo
nuestro espíritu, sin advertir que ahora –como cuando éramos adolescentes- seguimos
creyendo que no nos queda espacio ni horas para todo lo que quisiéramos aún
hacer, decir, exclamar.
Hasta el grito se nos va acallando en ese silencio que pareciera querer
hacernos inexistentes. Pero –y eso no han podido ni podrán evitarlo- en cada
paso hemos dejado el hilo solitario de un enjambre que algún día será cobijo.
Una lágrima que mañana será río. Una huella que algún día se hará canto
colectivo.
Y cuanto te debemos en esas tareas, Salvador. Te ha tocado radiografiar
la soledad, el exilio, la tristeza que llevas en tus expediciones a monasterios
y capillas, a jardines umbrosos y noches estrelladas, para juntarla a otros
versos, otros luceros y otros haceres.
Te hemos echado de menos. Cada día hacía repicar tu teléfono con la
esperanza de escucharte. Y has vuelto. Y a pesar de todos los pesares que nos
has narrado, saberte allí al alcance de nuestro afecto, es un gigantesco alivio.
Ahora invocaremos milagros para que regrese a ti la visión, a tu cuerpo
las fuerzas. Sabemos bien que en tu interior anidan energías inéditas que
tendrás que poner a funcionar. Que allí se juntan los pesares con las alegrías,
los amores con los desamores, las derrotas con una esperanza invencible.
Y queremos formar parte de ese ejército del espíritu para que comience a
plenitud el tiempo de recuperarte de las salas de hospital, para que el otoño
en sus labores de purificación te regale la infinidad de colores que las hojas
visten antes de irse a su propia resurrección. Para que este sol que aun
calienta te deje sus mágicos rayos, deje encendidas sus lámparas de luz, su fuente
inagotable de energías y para que luna teja sobre tus noches sus juglarías
encantadas.
En este papel recojo, Salvador, el sentir de tus entrañables amigos y
hermanos del alma. Mucho te queremos.
mery sananes
08 septiembre 2020
Etiquetas:
MS Cartas
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