DÍGAME
Un libro para el sueño en reflexión sobre
el tiempo de humanidad que aguardamos
María Eugenia Gil Beroes
Confrontada por un imperativo mayor, leo y
releo otro de los libros de la poesía del profesor
e historiador Agustín Blanco Muñoz.
Antes apareció Ofrenda de Música y Vida, luego
Pasadizos y ahora Dígame, un libro del decir y el soñar.
Y advierte ABM que Dígame “es un supuesto,
una inquietud, aspiración, meditación, pregunta,
respuesta o insinuación. Y hasta un diálogo con
uno mismo”. Sin embargo, a medida que leo y
releo pienso que, una vez más, como en los
libros anteriores, este es otro llamado
imperioso a la reflexión, una invitación a la
búsqueda de mejores argumentos para encontrar
la síntesis individual y colectiva de nuestras experiencias.
ABM nos brinda algunos de sus sueños y hasta
jocosas ocurrencias, para incentivar nuestros
decires y ensueños para ser mejores caminantes.
¡Qué bueno saber que ni soñamos, ni caminamos solos!
Sus líneas no son un conjunto de letras desgranadas
sino razonamientos poéticos lanzados al viento para
el hacer en diáspora. Pregunta, busca y vuelve a
preguntar llevando al lector desde la profundidad
de su síntesis a que se responda. Dígame:
“Si la violencia ha sido la partera
de esta historia saqueadora
que nos aplasta
será obligado pensar en el cambio
de partera y de historia”
No se queda el autor en el decir sobre la historia
de la violencia que impuso en estas tierras los
invasores desde 1492. Y al lado de esta reflexión
esta el acercamiento al dolor que prevalece en
esta sociedad de raíces invasoras:
“¿Qué esperar de aquella
comunidad de niños
apagados
y lejos de todo papagayo
en vuelo alegría y amores?”
Esta búsqueda de pronto se dirige hacia el interior del lector
a quien ABM apunta desde su intimidad:
lo que yo soy capaz de amarte”
“Cuando llueve
esas ganas de tenerte
que me dan
y cuando escampa
esas ganas de tenerte
que me siguen!”
ABM continúa su incansable provocación al pensamiento
y a los sentimientos. Nos propone revisar nuestro tránsito.
Nos propone buscar la vida sin conformismos y que, con
libertad, veamos más allá de los espejos deformantes que
nos rodean. Su propuesta es que busquemos nuestra vida-
humanidad, esa que quedó abandonada y tanto necesitamos.
Este es el mensaje que puso a andar en sus dos poemarios
anteriores: “Ofrenda de música y vida” y “Pasadizos”
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