NO HAY ADIÓS PARA NUESTRA
DELIA DEL ÁVILA
Ese sábado 27 de julio se nos clavó en el memorial del duro andar algo que a todos nos toca. Y esta vez fue con la furia de la brasa en dolor de firme disparo que contenía el terrible mensaje que por mucho tiempo sentimos detener.
Se nos acaba de marchar la Delia de los ríos del amor y la entrega de siempre y se nos fue cargada de la alegría que hacía sentir su profundo espíritu de vida apegado a la canción que los mares dejan en el alma de nuestras manos.
Y en el recuerdo que ya enfrenta la tristeza y el alborozo está la señal que nos dice de aquellas últimas mañanas en que anduvimos con nuestra Delia del Ávila.
Fue un bello y sentido tiempo del querer compartido del amor que no podrá derrumbar ninguno de los días de nuestras vidas. Porque el covid-19 y el temor que sembraba nos quitó de la vista su presencia, pero ella permaneció y estará con nosotros desde dondequiera que esté su andar.
Por esto hemos decidido mantener nuestra Delia Ávila en ese espacio de
magia y sueño de vida, resguardada por ese médico que nos alumbra, orienta y
cuida con sus remedios de aromas en naturaleza, respiración, movimiento y
mentes tomadas por el festejo permanente de los pájaros siempre presentes en el
eterno gloria de los verdaderos pasos de auténticos humanos.
Delia hoy no admitimos, no podemos aceptar que no nos acompañes con tu festivo reír y sabroso decir en las mañanas del doctor Ávila. Y por eso no invocamos para ti ningún descanso en paz.
Porque la ley de los corazones que te quieren, te necesita aquí haciendo día a día nuestra montaña con su cantar en vuelo, la respiración espiritual y la armonía más profunda creadora y completamente llena de tu eternidad.
Agustín Blanco Muñoz@ABlancoMunoz03/08/24
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