martes, noviembre 09, 2010
DE LAS PALABRAS - D. F. MAZA ZAVALA
El tiempo pasa, decimos, pero no es el tiempo:
pasamos los habitantes sin destino.
Con estos dos versos cierra Domingo Felipe su poema Lunes.
Y todo él refiere esa carencia de destino que nos atrapa y caracteriza
El mundo ha sido hecho en un solo día, dice el poeta,
y cada día se hace y se deshace, a la medida de cada ser humano
que toma para sí el trabajo de Dios.
La pregunta queda: ¿y cuándo tomaremos
para nosotros el trabajo del hombre,
la sagrada tarea de darle un destino a cada quien
en el cual el tiempo pase en las huellas que
el hombre deja cumpliendo el tejido de los sueños
como su destino más alto?
El recorrido por todo este libro es una travesía
hacia el espíritu de la vida y de los seres
que deambulamos por los bosques sin habernos
detenido en el milagro del árbol.
ms
LUNES
La rutina del amanecer:
el pregón del sol, hoy no lloverá,
el periódico trae malas noticias:
en censo de los muertos, la huella de la sangre,
nada nuevo, es la costumbre,
los que van a morir nos saludan
desde hace más de dos mil años.
La habitual angustia de los días,
la zozobra, la presión cotidiana,
la gente que transita de prisa
hacia los lugares consabidos;
la ciudad que mueve sus músculos de acero,
los ríos humanos que van que van a dar a un mar
donde se unen penas y alegrías.
Hay que vivir con la esperanza a cuestas,
el tejido de los sueños guían nuestros pasos
hacia la evasión total: la libertad.
El mundo ha sido hecho en un solo día
y cada día se hace y se deshace
a la medida de cada ser humano
que toma para sí el trabajo de Dios.
Concluyen la jornada y al rutina,
otro día vendrá como el de hoy;
el tiempo pasa, decimos, pero no es el tiempo:
pasamos los habitantes sin destino.
30 de julio de 1997
D.F. Maza Zavala,
Quinta Estación.
Caracas, MonteAvila, 2006, p. 48.
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