mery sananes
martes, abril 30, 2013
A MIHAELA URSULEASA AL VUELO COLIBRÍ DE SUS DEDOS
Gabriela Montero nos trae hoy el recuerdo
y la memoria de
Mihaela Ursuleasa
27/09/1978 – 02/08(2012
quien será homenajeada hoy en Vienna
en el Konzerthouse en un acto en el cual
Gabriela participará
Dejamos aquí lo que sobre ella escribimos entonces y una
de las obras interpretadas
por Mihaela
PARA SEGUIR ESCUCHANDO A
MIHAELA
Hay algo en ella que
trasciende, que al decir de Gabriela Montero, está más allá de la técnica, la
perfección y el éxito.
Es algo que se filtra entre
las notas, un aire que nos llega a un sitial donde cada respiración nos conduce
a un tramo de la existencia, que es el éxtasis del vivir.
No se puede traducir en
palabras.
Es un resorte que pone a
funcionar una maquinaria que todo ser humano lleva en su interior, aunque sea
por un breve instante.
Un algo que nos estremece y
conmueve, que nos lleva a nuestra esencia, que nos conecta con el otro, que nos
hace vibrar a los decibeles del alma. Allí donde todo es posible y donde toda
creación se produce.
Algo que no ocurre sólo
cuando se escucha a alguien como Mihaela, sino también cuando se reconoce el
canto de un pájaro, el croar de una rana, el canon de las chicharras, o el
aleluya que brota de los ojos de un niño.
Cuando se lee en los libros
o en la larga escritura ágrafa de la vida. Cuando se observa una obra pictórica
o el trabajo que alguien logra hacer sobre un inmenso bloque de piedra para
convertirlo en el pliegue de una tela danzando en el aire. Cuando se percibe el
aroma de un pan recién horneado. O cuando observamos la recolección de los
frutos.
Mihaela es uno de esos
resortes para quien la música es un instrumento que ella toma de quien la
compuso para traducirla a estos tiempos, no en la secuencia lineal de una
partitura, sino en la tempestad de un mundo y un tiempo sin música.
Y eso sólo se logra cuando
uno lo da todo en cada uno de los movimientos del espíritu.
Sólo que si ella nos lo
entrega y nosotros le pasamos de largo, la silenciamos a ella y nos silenciamos
nosotros. Como si nos negáramos a ser como ella en todo lo que hacemos, para
poder convertirnos también en resortes de un tiempo de armonías.
Y, en verdad, de eso se
trata. Dejo aquí en estas Embusterías, afanadas en esa misma labor, el último
concierto orquestal que diera Mihaela antes que un derrame cerebral detuviera
el vuelo colibrí de sus dedos.
Escúchenlo dejando que sus
sonoridades mágicas alcancen el corazón de cada uno. Allí donde nos igualamos y
nos consagramos como lo que somos, miembros de una especie que aún no encuentra
cómo ejercer su función colectiva, amorosa y armónicamente.
Tal vez Mihaela nos ayude.
Tal vez.
mery sananes
Etiquetas:
Mihaela Ursuleasa
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