miércoles, marzo 12, 2014

EN BUSCA DE UN PAÍS PERDIDO - DANIEL TINOCO


DANIEL TINOCO

Acabo de recibir este mensaje. Su fuente es internet. No tiene firma ni autoría, sólo dice y no es poco decir, de sus amigos sobre DANIEL TINOCO, porque de alguna manera recoge un sentir colectivo, no sólo por su asesinato, sino por el de tantos otros jóvenes.

Habla de un país perdido y de quienes salen a buscarlo sin otra referencia que el valor. Y deja testimonio de cómo el odio atravesó el cuerpo de Daniel y lo dejó caído sobre el petróleo, como a tantos.

Y habla de la imagen de un río que desde sus más pequeñas vertientes alcanza el caudal del Orinoco, un río gigante que atraviesa el país entero. Y dice que el país está seco, que la tierra está seca, seca en el alma, seca de mucho.

Y dice que sobre ese río bueno debemos navegar todos, buscando la libertad, la justicia y la igualdad.

Y quisiera agregar a este mensaje que mientras no detengamos el odio, mientras no nos encontremos en el otro que somos, mientras no nos deslastremos de todo aquello que no pertenece a nuestro linaje ni cumple con ese deber de mejoramiento moral para con nosotros mismos, de ternura para con los nuestros y de solidaridad y sacrificio para con la humanidad (Pío Tamayo), mientras continuemos esta guerra entre hermanos, dirigida por quienes se encuentran a salvo de las balas y el fuego, la sequía continuará y el aguacero convertido en río, se seguirá tiñendo de sangre, y no podrá nutrir la tierra para que retoñe la vida que se nos ha ido, por decisión de otros. 

Y que es necesario trabajar incansablemente hasta alcanzar la libertad, la justicia y la igualdad, mediante la acción pacífica, mayoritaria y contundente, de un pueblo-colectivo organizado y consciente, dedicado a construir su propia historia, y no ir al remolque de la que otros le han impuesto, a fuerza de masacre, miseria y sufrimiento. mery sananes




ESCRITO POR SUS AMIGOS
SOBRE EL LÍDER ESTUDIANTIL
DANIEL TINOCO
ASESINADO EL 10/03/2014
 EN TÁCHIRA


Salió hace un mes de su casa a buscar un país perdido, dejó su calculadora, su lápiz y su cuaderno y a su cama y su familia. En la calle día y noche buscando su país perdido sabiendo que en la patria de hoy para el joven no hay futuro, el futuro es sin futuro. Y caminó con su gente en una y otra cruzada, y se entregó a la vigilia y olvidó cama, almohada, silencio y ventana cambiándolos por colchones, toldos y barricadas. Sus sueños eran despiertos así como sus madrugadas, con los nervios despiertos mientras en el país duermen.

Anoche -supongo yo- haciendo tiempo para el descanso y soñando y planificando acciones que el común creería que no tendrían efecto y que muchos criticarían desde sus casas, irrumpió por la avenida la muerte con sus dos ruedas. El fuego del odio infame que nos corresponde a todos, pero que se le adelantó a Tinoco. Y el odio atravesó su cuerpo y cayó sobre el petróleo. La ciudad, si no la patria, suspiró y rompió en un llanto, no como una llovizna sino como un aguacero.

Le pido a Dios que no escampe. Que no pare el aguacero para que su sangre baje, y baje por barricadas por aceras y por barrios, y luego siga bajando hasta que rompa en el Torbes. Y luego siga bajando mezclado entre arcilla y piedra y cruce pueblos y puentes y se encuentre al río Apure. Y luego siga bajando regando de libertad a la sábana y al llano, y conozca al Orinoco.

Y ya no será Tinoco, y ya no será su sangre, ya no será sólo un joven que se olvidó de lo propio y salió a buscar su patria, ni tampoco sólo un cuerpo al que el tiempo desaparezca no sólo físicamente sino también del recuerdo de una nación sin memoria, ahora será un río gigante que atraviesa el país entero.

Y sobre ese río bueno que va cruzando la patria debemos navegar todos, buscando la libertad, la justicia y la igualdad. Buscando cumplir el sueño de ese joven vuelto agua, el de un país más fraterno, más humano, más digno. Ahora Tinoco es río y su caudal lleva banderas, valentía y dignidad.

Yo me voy por ese río, porque mi tierra está seca, seca en el alma, seca de mucho. Y si la lucha calienta y el río evapora un poco, su caudal disminuirá pero volverá más fuerte en forma de agua de lluvia, y siempre estará Tinoco, y siempre estará la lucha…

y siempre estarán los sueños hasta que el país sea libre.

COMPARTE PARA NO OLVIDAR


Daniel Tinoco Carrillo, de 23 años, estudiante de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, fue asesinado de un balazo en el pecho, durante una vigilia, el lunes 10 de marzo del 2014, en la noche, en las inmediaciones de la Carrera 17 y la Ave. Carabobo, en San Cristóbal, Estado Táchira.

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