sábado, enero 17, 2015

EL PAN DE LA ALEGRÍA




a sara victoria

Llegaste y te adheriste a la piel de tu madre como si el cordón que te unió a ella pudiera desaparecer después de cortado. Sabías que te aguardaba desde mucho antes de que tu llanto fuerte y vigoroso le anunciara que ya habías arribado.

Y al cumplirse el imperio de tu laboriosa construcción, desde el aguamanil de tu madre y el pozo de milagros que tu padre aró en la tierra, para que tu llegada tuviera cauces fluviales dulces como el anón, apareciste con la mañana, inundando la vida de girasoles.

Allí en esa imagen queda inscrita el mapa astral de tu ser, el paisaje de tus días, la geografía de tus pasos. Queda recogido el sueño de tu madre y la pasión de tu padre.

Ya habías inventado un lenguaje hecho de danzas mediante el cual te comunicabas con los límites de un horizonte sin fin. Y ahora tus dedos hacen resonar, a orillas de una luna nueva, sobre la estación de capricornio, una partitura para flauta, oboe y fagot.

En ese pozo cuajado de arándanos tu madre te dio a conocer primero las noches, para que te abrigaran en los corredores de las tempestades y te otorgaran el temblor emocionado de los peces, en su creciente de suspiros.

Y luego fuiste extendiendo tu frágil anatomía hacia todos los espacios del infinito, mientras ensayabas los cantos que resonaban en la golosa arquitectura de tu primera residencia.

Tu padre entre tanto preparaba el solar de florerías que les nacerían a sus pupilas con sólo verte.  

Todo se anticipaba e intuía, menos la explosión del corazón cuando guindaste tu alumbramiento en el ojal de la risa de tu madre. Y se produjo el milagro de tu nacimiento.

Un milagro que es único cada vez que ocurre, y que sacude todos los parámetros de la existencia. Porque se ha abierto para ti un puesto en el universo que nadie antes tenía ni ocupará.

Y desde allí, desde ese telar de azules y astros,  comienza a escribirse tu historia de vida que no de tiempo.

Y te damos la bienvenida, Sara Victoria, porque contigo se ensancha el aire transparente del mundo, se aglutinan las semillas que dan de beber a los pájaros y se junta un nuevo arpegio al concierto de la vida.   
Te queremos y te cuidaremos, desde donde estemos, enviando en la brisa el pan de la alegría.


mery sananes
17 de enero del 2015


 


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