sábado, junio 20, 2015

LA VIDA ESE CONVERTIR MISTERIOS EN CERTEZAS



Zaira, la maga, la alquimista, vuelve a asombrarnos. Este escrito tiene más de cuatro décadas, y aunque fue un texto personal, dedicado a un ser que lo requería, sus palabras, su contenido, su mensaje, su fuerza lírica, sus acordes musicales, sus decibeles cósmicos, están allí, para cualquiera que requiera esa sencilla, densa, conmovedora explicación de qué es la vida y qué es la muerte.

Y de la decisión de cada uno  de hacer travesía por ella, por más difícil que resulte, para alcanzar lo inesperado, para hacer de un ayer, un hoy y un mañana, en el juego de todos los instantes, como continuidad auténtica y extraña.

Lo dejo aquí para que de su savia todos podamos nutrirnos, para que de sus amorosos envoltorios podamos aprender a vivir con la mirada puesta en los rumbos donde el amor colgó un lucero, asomados al fondo de un aljibe para encontrar un titilar de estrellas, y hacer así menos íngrima la marcha.  ms

 

LA VIDA 
ESE CONVERTIR MISTERIOS EN CERTEZAS


La vida es un hombre y un camino
es convertir misterios en certezas
Es asomarse al fondo del aljibe
para buscar un titilar de estrellas
Es soñar que los sueños se realizan
y querer realizar lo que se sueña.

La muerte no es un hombre ni un camino
Es un misterio que negó certezas
Es un no realizar lo presentido
Aljibe sin la luz de las estrellas
brocal sin alguien que le dé sentido
al agua-noche-luz de la existencia.

Hombre, camino, vida y esperanza
Espera de alcanzar lo inesperado
Sueños que se transforman en vigilia
para hacer de un ayer... hoy y mañana 
en el juego de todos los instantes
continuidad auténtica y extraña.

Yo que fui responsable de tu vida
Tú dueña del panal de miel y lágrimas
Los otros que también buscan caminos
con la mirada puesta en la distancia
rumbos donde el amor colgó un lucero
para hacer menos íngrima la marcha.

Camino y caminar del caminante
Interacción del mundo y los sentidos
Aprendizaje que fatiga el alma
que no quiere vivir lo ya vivido
cuando a su paso se apagó el lucero
o presintió los pájaros sin nido.

Amada, aquí estás tú la bien amada
la dueña de su rumbo y su destino
La que tiene un panal con miel y lágrimas
y un bosque azul con pájaros y trinos
La luz de tu lucero no se apaga
ella alumbra tu amor y tu camino

ZAIRA ANDRADE
                                                       
 21 de julio de 1972


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