NEGRITA CUERPO E TRAPO II
Este es el
segundo que te iba a enviar, ahí dice que estaba en el año 1976, un 26 de noviembre,
en los festejos de los cuarenta años del Instituto Pastor Oropeza cuando lo
escribí. Tiene una danza negra divina que me encanta.
Siempre pensé
que el blanco rubio de ojos azules embarazó
a la negra madre y el blanco aventurero se alumbró en la noche de la negra
madre y le dejó el cabello y los ojos, pero lo demás, venía de la madre...
NEGRITA CUERPO E TRAPO II
La negra bemba e pez
perdió su estirpe
y se escondió a tus ojos
que la amaban,
con su traje de ritmo de macumbas,
de música de juncos
y de lianas.
Se puso un traje infantil,
sombrero de colegiala,
boca de ignorancia plena,
y cintura avergonzada,
sólo te quedó un poema
y el recuerdo de soñarla,
bailando su son, desnuda,
a pesar de las percalas.
Hoy me encontré siete negras
y busqué si la igualaban,
para llenar, con dinero,
el hueco de las nostalgias:
una tenía el pelo negro,
otra la boca sin ansias,
la tercera era muy niña,
la cuarta con ojos zarcos,
la quinta traje tejido,
la sexta, sin importancia:
la que decía ·" vendida"
quizá podía reemplazarla,
fabricando fantasías
en aquello que faltaba.
Y porque al decir " vendida",
el placer se me negaba
de regalarte otra negra,
como la que tu añorabas,
la replico en un poema
que es realidad y añoranza
de aquella otra que está viva
entre tu y yo, en la distancia,
de un blanco faramallero
que la marcó con su ojos,
con sus rizos, su fragancia,
pero no pudo borrarle
el calor de las caderas
retozando en la percala
de lunas blancas, redondas
en un mar rojo, sin calma.
Zaira Andrade
1 comentario:
A cuál más bello estos poemas de Zaira. Tienen magia encanto y salero como su poeta. ¡Muchísimas gracias!
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