Escribe Arnaldo Jiménez
Mi alma se
borra; pierde sus asas, su moldura.
Ya
el pasado es un hueco lleno de máscaras.
Mi hermana ha muerto. Su amor siempre
fue inalcanzable.
sus manos extendidas para ayudar a los demás,
al extremo de
perder ella lo poco que tenía.
***
Herencias
el cordón
umbilical duerme en una urnita blanca
con una
breve traza de chamusque de parto
que
recuerda el vacío del inicio
cuando mi
sangre no conseguía un eco
de
nostalgia en las vueltas de su rutina
y hay
tantas versiones mías en los retratos
que me
siento desterrada de mi nombre
lejana en
un halo de casa que entreabre su memoria
y mi alma
es una lámpara que arde
sobre la
piel de mis muñecas
cuando supe
que la soledad
es el
desaliento de otras mujeres que también he sido
intenté
rescatar el amparo de mi cuerpo
y encontré
respuestas en las torceduras de las calles
en amores
que habitaban una edad sin juramentos
y convertí
mis noches en un brebaje de llamas
y no sentí
en mi espalda el látigo de la tristeza
y el quién
soy como un organismo ajeno
ascendiendo
a mis ojos
con sus
rituales de tormentas
el quién
soy desobedeciendo al corazón
como si mis
senos no fuesen mi encuentro
y mis labios no anhelaran
el testimonio de otra sed
CARTA PARA ARNALDO
en este día de penas
Ay del ay! mi querido Arnaldo. Hoy no es noche o día
para dialogar con un poema, sino para detenerse ante lo que nos sorprende,
aunque lo aguardemos. Hoy es hora de silencios que se desbordan. De penas que
se retienen. De recuentos que jamás olvidaremos. De futuros que nos aguardan
tan predecibles que preferimos no pensarlos. Hoy los recintos se encogen sabiendo que
alguien falta que haga girar el espejo del pasado. Día de tierra removida. Y de
ausencias de las que uno jamás se olvida.
Y cuando eso ocurre el abrazo es un zozobra del corazón que quisiera reinventar lo que ya no reside en los espacios vacíos. Rehacer el instante que se detiene como avisando de antemano que ya carece de fuerzas. Y la palabra se vuelve un nudo de lágrimas sin corredores. Un golpe seco sobre la fragilidad del agua. Un viaje que anticipa los propios.
La herencia es mucho más de lo que quedó cosido en nuestros genes. Es el historial de lo vivido. La única herencia que nos solicita para que dejar sus huellas bordadas en las nuestras. Quisiéramos ser cuna o cielo. Y sólo alcanzamos a ser una grieta por donde aún la noche se prodiga.
La luna creciente de hoy se detiene para que tu hermana pueda hacer su viaje en ella hacia el cosmos donde habrá de encontrar las huellas extraviadas de la vida. Y tú y los tuyos acompáñenla llenos del amor que siempre le prodigaron y le seguirán prodigando. Y retengan con toda pasión la inmensa fortaleza que la hizo posible. Y que queda rasgando el aire con sus fulgores de amor y de arcoíris.
texto y foto / mery sananes
23/10/23
1 comentario:
D.E.P.
Preciosa carta Mery
Me uno a ella no con amargura si lo con la belleza
de lo soñado y de lo que fué
Y será un siempre recordado.
Ana Benegas Haddad
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