cuánto más nos acercaríamos a ser hombres
bastaría con cumplir el código
de nuestro propio alfabeto
asumir nuestra mágica condición
de asombrados transeúntes del universo
restablecer el perfecto equilibrio
del que estamos hechos
Bastaría escuchar el ritmo que las estaciones
le diseñan a las hojas para encontrar
el término de todo lo que trasciende
el tapiz de los verdes hasta alcanzar
la hondura de los sepias los ocres
los amarillos y los púrpuras
hasta desvestirse de toda engalanadura
tan sólo para nacer de nuevo
en cascada de retoños y estruendo floral
En ese tránsito silencioso y sagrado
que se cumple inexorablemente
como un designio de los dioses de la vida
está inscrita nuestra propia historia
como un mapa astral una coreografía
celeste una fuga de juan sebastián
Si tan sólo fuésemos como los bosques
que más allá de las ramas que se desgajan
del vuelo de las hojas que migran
escriben siempre en sus propios papiros
las circunvalaciones de sus años
como un tiempo construido
de continuos floreceres
cuántas hazañas jardineras no habríamos
acometido en este intervalo solar
del que somos atónitos pasajeros
Pero pertenecemos aún a una estirpe
que abandonó todo asombro clausuró
las pupilas le puso cercas al corazón
e hizo pedazos el horizonte azul del planeta
6 comentarios:
Canción en Defensa de los Árboles
Carlos Augusto León
En los campos que inunda
el hombre más que el río.
En los bosques que incendia
el hombre más que el fuego
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
En las selvas que tala
el hombre más que el hacha.
En la ciudad que el hombre
más que el hierro endurece
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
En los pequeños pueblos
rodeados por la siembra.
En todas las ciudades que han crecido,
en todas las ciudades por nacer.
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
Hombres de todas partes,
de toda edad, de toda
manera de vivir,
si es que queréis que el Hombre
siga vivo en la Tierra.
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
Canción en Defensa de los Árboles
Carlos Augusto León
En los campos que inunda
el hombre más que el río.
En los bosques que incendia
el hombre más que el fuego
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
En las selvas que tala
el hombre más que el hacha.
En la ciudad que el hombre
más que el hierro endurece
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
En los pequeños pueblos
rodeados por la siembra.
En todas las ciudades que han crecido,
en todas las ciudades por nacer.
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
Hombres de todas partes,
de toda edad, de toda
manera de vivir,
si es que queréis que el Hombre
siga vivo en la Tierra.
Dejad, amigos,
lugar para los árboles.
Vivo en tus letras
un arrullo de bosques y hojas
de vientos y ramas que cantan con sus pájaros
Debo elevar mis manos
y agradecer que existas
para que mi universo vivo no colapse
GRacias poeta por tus versos de vida infinita
apenas puedo escribir con nubes acuosas en mi ojos... con un pulso fallido y un corazon palpitante, y todo eso gracias a la capacidad de conmover que tienen tus versos. A la profundidad de tu discurso, a tu arte. Gracias poeta, eres grande.
Maravilloso. Felicidades!...
La naturaleza,que nos da la vida
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