domingo, junio 17, 2018
PARA RECOMPONER LA NOCHE Y EL DÍA
Un día se estaciona la vida
en una noche que se enmudeció
de tanto querer amanecer
y se detiene un tiempo de aire
que se marcha hacia corredores
de jazmín y pomarrosa
Y cuando eso ocurre queda
vibrando en ese frágil hilo
que sostiene el latido un susurro
de campanarios el leve tintineo
de una lluvia que no empapa
sino que deja una estela de rocío
en lo andado que nada borrará
Es la magia de los días vividos
derramados sobre los otros
desde un cántaro que siempre
se reboza
Y uno va aprendiendo a beber
esa agua transparente que mezcla
migas de lágrimas y un vertedero
de alegrías que manan desde los
rizos de una flor que en su
su espiral devuelve todo a
su punto de partida
Y el alma esa ala traviesa
que vuela a la inversa hacia
el interior de uno mismo
armada de todos sus delirios
y pócimas recompone de nuevo
la noche y el día
Sabe que en el alba ese intervalo
de azules fosforescencias es el
sagrado recinto donde todo renacer
ocurre en ese instante fugaz
en el cual uno sabe que el amor
perdura más allá de toda distancia
Y allí te encontraremos siempre
con el vuelo de tu mirada fustigando
las nubes con tu risa irisada
quebrantando las tormentas
y con los guijarros de tus dedos
dejando recaderías de amor esparcidas
por todos los territorios de brisa
hasta que la tristeza se transmute
en la dorada espiga del pan que tu
madre le cuece a los milagros y
en la fragua de palabras que tu padre
le inventa a los silencios
texto y foto
mery sananes
Etiquetas:
MS - Memoriales - a piero en otro junio
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