viernes, julio 20, 2018

CARTA A HILARIO BARRERO EN ESTE VIERNES DE BLENDING




CARTA A HILARIO BARRERO
EN ESTE VIERNES DE BLENDING


Mi muy querido Hilario

Acabo de recibir Blending, esa hermosa ofrenda a cien amigos o desconocidos, que de pronto se detienen ante una palabra que los viste o lo desnuda, pero que encuentran de alguna manera en sí mismos.

Y he pasado, como acostumbro, por todas las sensaciones, leyéndote. Y ya sabes bien, no busco literatura sino a quien se atreve a utilizar el lenguaje, más allá de su carácter y condición utilitaria,  para encontrarse a sí mismo o encontrar al otro.

Y he leído versos de una pureza cristalina. Versos allí dejados como si fuesen piedras ya talladas para que uno las recoja y encuentre si al alcanzar la luz se transparentan o se opacan.

Preguntas esenciales que se dejan para que uno encuentre sus respuestas que a su vez generarán nuevas preguntas y no se pierda jamás ni el asombro ni los encantamientos.

He recogido versos que son lágrimas que circulan sin hacerse acuáticas en los párpados, sino que son sólo mirada, pero de una densidad capaz de trasmutar la emoción en sismo.



He leído entrelíneas y visto prados verdes y ríos claros, pero también he visto correr todas las sombras de las que se disfraza la falta de luz para asustar a los niños, que aún no descubren la magia de las noches,  y a los grandes que la descubrieron y después la dejaron en alguna parte de sus insomnios.

Y he visto versos inquisidores que se atreven en medio de la mayor oscuridad a escribir una palabra que es una fogata sin encender, una espada que no tiene filo, un grito que es un susurro, casi secreto.

He retenido tanta soledad como compañía. Tanto haber, tanto corazón estremecido y movido como el viento en los primeros días de primavera, y tantas columnas de lo perdido, como si los inviernos estuviesen vacíos mientras bajo la nieve, toda la pasión de lo vivo, reajusta sus magnitudes para irrumpir de nuevo, armado de nuevas sabidurías y deleites.

Me he tropezado con la vida y demasiadas  veces con la muerte. Y he tratado de calmar mis ganas de socavar tus tinieblas con mis manos vacías, para que dejen pasar lo que jamás se tiene en aquello que damos por llamar la plenitud de los sentidos.

Y he adivinado todo lo que no has dicho y que has dibujado en esos colores niños con los que iluminas las alas de los pájaros, las hojas de los árboles, los significados del viento y el ardor de una mirada como jamás antes la habías visto.




Y he concluido el libro y lo he vuelto a leer como si cada verso estuviese habitado de colores, extraídos del pozo de tu estremecido corazón. Y te he encontrado en cada uno de ellos, asimétrico, fulgurante, enternecido, y combatiente. Y me he vuelto a enamorar del vuelo salobre de tus pájaros, el aroma a mar de tus sequias, el sabor a pan de rosas, que deja tu fogón cada vez lo enciendes.

Y he entendido que la muerte es el envés de la vida, pero que a la vez son una misma y sola cosa, que jamás caminan separadas Y que por el contrario se nutren y enriquecen mutuamente, se pueblan y desolan en un solo instante, para de nuevo reintegrarse en ese gesto de amor que jamás ha de envejecer, porque carece de edad y de tiempo.  

Y que no hay un principio y un fin, sino un ciclo innumerable, del que formamos parte. Apenas el instante de un relámpago, una brisa marina, o del dulce canto de horas de una chicharra que sobrevivió todos los caminos subterráneos tan solo para entregarnos su eco. Y nos toca a nosotros llenarlo, para que al nacer o morir, nunca falte al instante el aleteo del amor que nos sostiene y esa memoria que es la muerte, permanente recordatorio del deber que tememos con lo vivido y por vivir.




Asombroso ¿verdad? Todo eso me ha dicho tu libro y al cerrarlo me he quedado con unas inmensas ganas de darte un abrazo.

mery sananes
20 julio 2018

1 comentario:

Por hache o por be dijo...

Querída Mery, he vuelto a leer tu carta y la
Volveré a leer de nuevo cuando la vida me apriete mi corazón y he sentido un hondo agradecimiento por todo lo que dices y cómo lo dices! Es un manantial de ideas de metáforas y estado de ánimo que me acompaña. Muchas gracias, de nuevo, por tus palabras. Un abrazo cordial