sábado, septiembre 09, 2023

EMBUSTERIAS DE JORGE DEBRAVO - 2007

Héctor Olivares (Costa Rica, 1957-1995). Paloma del bosque


Hay días en que de pronto uno abre una página y descubre el universo. Observa un rostro y las preguntas más hondas encuentran su respuesta. Se detiene en la risa de un niño y toda la esencia de la humanidad se conjuga en infinito. Hay días en un hilo se enreda en otro, sin saberlo, buscando un tejido en el que quepamos todos. Así como hay días en que las tristuras se apoderan de las horas hasta hacerlas sucumbir. Como si alguna mano ajena rompiera parte de la frágil red invisible que se va armando de tanto insistir en la ingeniería sideral de la esperanza del hombre. 

Allí en ese paisaje de Vallejo uno le toma la palabra a LLuis Lach y dice: dame la mano / para trazar el camino / hacia el gran lago de los sueños. Y a los versos de Fernando Bellido: traigo el amor endorso / en costado, enfrente, el amor / … / háganle sitio / que en él habrá sitio para todos. 

Y se suma a ese inédito abecedario del futuro los versos-vida de un hombre-poeta, como lo son todos, que dispara sus saetas y nos dice: Estamos sin amor, hermanos / y esto es como estar ciegos en mitad de la tierra. Y exclama su petición: Pero traigo ante todo / un deseo violento de abrazar, / atronador y grande / como tormenta oceánica. / Quiero hacer con los brazos / un solo brazo dulce / que rodee la tierra. / Yo deseo que todo, que la vida sea nuestra / como el agua y el viento. / Que nadie tenga nunca más patria que el vecino. / Que nadie diga más la finca es mía, el barco…, / sino la finca nuestra, de Nosotros los Hombres. 

Se llama JORGE DEBRAVO. Su presencia física duró apenas 29 años (1938-1967). Nació en Guayabo de Turrialba, Costa Rica y es suyo el credo que dice: 

Creo en todos los frutos que tienen jugo dulce, / creo que no hay frutos que tengan jugo amargo. / No es culpa del fruto si tenemos / el paladar angosto y limitado. … Creo en el corazón del hombre, creo / que es de pura caricia a pesar de las manos / que a veces asesinan, sin saberlo, / y manejan fusiles sanguinarios. 

Hoy (2007) lo traemos a nuestras Embusterías para que haga travesía por sus versos, para que naveguen en sus días de naufragio y sobre todo para que acampen en su vasto territorio de esperanzas. Hay que recoger esos estambres, trabajarlos con amorosa paciencia, e insertarlos en la urdimbre de la vida, hasta que al fin, algún día, dibuje la verde y planetaria mesa servida del hombre.


NOSOTROS LOS HOMBRES

Vengo a buscarte, hermano, porque traigo el poema,
que es traer el mundo a las espaldas.
Soy como un perro que ruge a solas, ladra
a las fieras del odio y de la angustia,
echa a rodar la vida en mitad de la noche.
Traigo sueños, tristezas, alegrías, mansedumbres,
democracias quebradas como cántaros,
religiones mohosas hasta el alma,
rebeliones en germen echando lenguas de humo,
árboles que no tienensuficientes resinas amorosas.

Estamos sin amor, hermano mío,
y esto es como estar ciegos en mitad de la tierra.

Traigo muertes para asustar a todos
los que juegan con muertes.

Vidas para alegrar a los mansos y tiernos,
esperanzas y uvas para los dolorosos.

Pero traigo ante todo
un deseo violento de abrazar,
atronador y grande
como tormenta oceánica.

Quiero hacer con los brazos
un solo brazo dulce
que rodee la tierra.

Yo deseo que todo, que la vida sea nuestra
como el agua y el viento.

Que nadie tenga nunca más patria que el vecino.

Que nadie diga más la finca es mía, el barco...,
sino la finca nuestra, de Nosotros los Hombres.

MÁS QUE CUALQUIER CIUDAD, ES PODEROSA...

Más que cualquier ciudad, es poderosa
la ternura del hombre.
Más que cualquier camino, es caminante
la pisada del hombre.
Más que cualquier silencio, tranquiliza
lo piadoso del hombre.
Más que cualquier olor, es delicioso
el perfume del hombre.
Y más que cualquier dios, es creadora
la esperanza del hombre


Nosotros los hombres 


Digo



Bibliografía

Debravo, Jorge 1967. Canciones cotidianas. San José, Editorial Costa Rica.
Debravo, Jorge 1972. Los despiertos. San José, Editorial Costa Rica.
Debravo, Jorge 1977. Antología mayor. San José, Editorial Costa Rica.
Debravo, Jorge 1981. Otras cosas recogidas en la tierra. San José, Editorial Costa Rica.
Debravo, Jorge 1989a. Milagro abierto. San José, Editorial Costa Rica.
Debravo, Jorge 1989b. Nosotros los hombres. San José, Editorial Costa Rica.


Otros Enlaces





Escrito  y publicado inicialmente
en Embusterías
en enero del 2007
reproducido 14 años después
el 09 de septiembre del 2021

3 comentarios:

Pankar dijo...

http://www.poesia.org.ve/minuto.php?codigo=1634


Haremos el amor hasta que llegue el alba



Venturosos los que acogen al amor

en su morada

de ellos serán el pan el vino

la sal y las mieles contra el olvido



¡Que no caiga la semilla en la arena!



¡Que haya siempre leña

en casa de los amantes!



¡Que la mujer llegue a la cima

y el hombre ya la esté esperando!



¡Que en las manos de la mujer

crezca la raíz del hombre!



¡Que nadie muera

que no haya amado!



¡Que nunca sea torturado

el testículo del hombre!



¡y el pezón de la mujer

que siempre sea la flor!



que no sea torturado



que sea siempre la flor





De: Introducción a la pareja. Ibar Varas, Chile

http://www.poesia.org.ve/minuto.php?codigo=1634

Idbelty Lugo Marmignon dijo...

Sublime, poeta Mery... Para disfrutarlo debo conservarlo. Con su permiso lo comparto. Gracias

Margot Sananez dijo...

Me saco lagrimas por sentir distintos sentimientos encontrados en sus poema . Lastima que voló tan pronto al infinito pero a la vez me dejo meditando sus palabras