viernes, septiembre 22, 2023

RAMÓN SANTAELLA YEGRES HABLA SOBRE LOS PASADIZOS DE ABM

         


 

 

PASADIZOS
UNA POESÍA ATREVIDA PARA EL DISFRUTE DEL VIVIR
Ramón Santaella Yegres 

 

Un nuevo libro del historiador y poeta, Agustín Blanco Muñoz, en el cual su poesía no sorprende al igual que en el caso de Ofrenda de música y Vida, Ahora, en “Pasadizos” climatiza la prosa desde la narrativa de su existencia como si fuera pintura abstracta. Se exige entonces de la imaginación del lector, la puesta del límite en la interpretación y el descubrimiento de su tiempo de experiencias y vivencias, muchas de ellas escondidas en cada uno de los pasadizos propuestos a manera de incógnita en una ecuación de vida por descifrar.

 



Se trata de una poesía atrevida por su forma y contenido (el mismo estilo propuesto en “Ofrenda de música y vida”). Porque en “Pasadizos”, conceptos, categorías y sujetos de acción se encuentran en relación directa con la vida y la muerte. Una misma dimensión. Comienzo y fin de la vida (tiempo histórico): Un pasadizo es / tránsito de la vida / y regreso festejado / o entristecido de / la misma muerte (p.11).

 




 ESTOS PASADIZOS VAN HACIA OTRO PRESENTE

 

El poeta adhiere su conciencia a su existencia en un constante reclamo, porque cada pasadizo propuesto lo es, se reclama así mismo el extravío, la renuncia, el olvido, el pasado, la vida, la muerte y el presente que quisiera transformar.


Es como no admitir de manera explícita que los pasos dados dejan huellas y en el andar se confunden con la sombra hasta arribar a los predios de la muerte, donde no hay manera de borrarlos. Y por eso terminan formando parte de los recuerdos. En el mismo proceso de reclamos asume el principio libertad, lo busca y termina por negarlo.

 

Pero, no hay presente sin libertad. Porque si es así, el hombre es una mentira: Si la llamada libertad / se presentara como verdad / aceptada y permitida / el hombre resultaría / la mayor de las mentiras (p.31).

 

Esta sentencia compartida desconecta ese hombre en apariencia de los principios básicos, pero ese hombre, asume el poeta, es almácigo de historia, sembrador de esperanzas y realidades.

 

La poesía de ABM refleja su existencia en pedazos de tiempo que han forjado “una” conciencia. Son avatares de un tiempo inconcluso en cada pasadizo propuesto, donde estuvo presente el amor, colofón del tiempo inconcluso: Hoy me cayó encima el / sereno recuerdo de tu / encuentro y no tuve más / ojos para atraparte / y tenernos (p.70).

 


ADIÓS AL TIEMPO DE LAS DESPEDIDAS Y QUE VIVA EL

PODER DEL BESO

 

Un amor compartido, recuerdo del extravío, tal vez, impensado de lo que pudo ser posible en el dulzaino tiempo de las edades nuevas.

 

Esa vida cuestionada, de reclamos, de tiempos inconclusos, de ganas por ser y dejar de ser es lo que lleva al poeta a pensar en el drama de las despedidas y los adioses:

Una despedida es un refugio / mayor de todas las tristezas / construidas que se vuelven lágrimas / de verdaderos / e inexplicables adioses (p.75).

 

El poeta concibe las despedidas y los adioses como partes coherentes a la vida y la muerte, dimensiones presentes en cada pasadizo propuesto, pero asume el valor necesario para negar ese tiempo que resulta común entre humanos: El tiempo de las despedidas / debe dejarse a quienes / sienten que les falta aprender / a hacer y disfrutar el vivir (p.85).


Incluso niega el poder del beso en esos momentos de los adioses: Porque hay que quitarle / al beso todo mensaje / de despedida (p.87).


¿HACIA UN MAÑANA SIN AMORES?

 

En un instante, el poeta pasa de las denuncias, protestas y lamentos, a la acusación del espejo por conspirar éste, con el hombre en la complicidad de los silencios como reconociendo culpa en los hechos denunciados, por eso lo nombra:

“Altar de los laberintos del hombre” (p.101). ¿Cuántos amaneceres, cuántos “hasta pronto” y un regreso prometido, sin días ni horas, exterminando deseos, y el espejo callado disimulando olvido? Ahora, tiempo de recuerdos y confesiones, resiliencia latente, un alguien que permanece en la sombra, un rostro sin espejo, sin mirada, Ayer y hoy de amores (p.123):

 

Ayer no supimos que hacer y hoy / que sí lo sabemos nada hacemos / distinto a preguntarnos lo que / ocurrirá mañana con el amor que / ya no tendremos” (p.137).

 

Es el clamor de un amor perdido en el tiempo, no olvidado.

 

LOS RECADOS DEL ADIÓS CON ALEGRÍA

 

En esta historia pasan los tiempos, despedidas, adioses, lágrimas y reclamos, porque el poeta se considera desguañangado por la vida (p.39). Sin embargo, toma fuerzas y se adentra en “Recaderías” (p.111), pero, más que un mensaje “sin destino”, se disculpa ante lo que ha querido olvidar sin lograrlo, y que por ser parte de la conciencia, retoma el poeta el adiós, convencido del paso de los años, sin perder de vista, la cualidad del lamento por lo posible de otros tiempos y expresa:

 

“Tal vez pensaste desde / los recados del adiós / en los designios del ayer / que le pertenecieron / a quien te mire en / cada una de las formas / de tu andar / de empedernidas alegrías” (p,219).

 

En la parte “final” del libro, “Poemas del camino” (p.227) es una especie de cierre o conclusión de los trozos de pasadizos inventados para la denuncia y la queja, como en un tiempo de resignación:

 

“Lo único que quiero hoy / es caminar en el espacio de las gotas / que te sirvieron para secar cada una / de tus penas de estandarte postergado / y olvidado (p.237).

 

AQUÍ LOS TIEMPOS POLÍTICOS Y DE DISPAROS ROMPEN 

CON TODO AMOR

 

A partir de “Disparerías” (p.251), el poeta rompe con los tiempos de amor, añoranzas y extravíos, para adentrarse en pedazos de tiempos políticos que conformarían parte de un nuevo libro, tal vez, otros y diferentes amores en tiempos de pólvora, disparos, ideologías y muerte, esta última dimensión definiendo continuidad de sus denuncias y reclamos.

 

PASADIZOS: UN LIBRO PARA COMPARTIR VIDA Y POESÍA

 

Pasadizos es un libro de firme pegada poética. No desechable. Atrapa y lleva al lector a compartir las propias experiencias de vida, angustias y reflexiones del autor de una poesía que quiere ser compartida. 

 

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