jueves, abril 28, 2011

AMANECER DE AUYAMALES



a chilita
a tres años de su vuelo


No concluirá este abril sin que
tus manos tinajeras vuelvan a
regar de confiterías los pozos
de la tristeza

Ni quedara el diecisiete de tu
partida anclado en la memoria
del olvido

Porque cada día estalla
en la cadencia altiva de la
espiga de la caña
el espejo de las lágrimas que
no tuviste tiempo de verter
mientras cocías en el fogón
risas de cabello de ángel
para prendérselas en los rostros
de las hijas

Queda en los abriles el aroma
de tus manos milagrosas que
bordaban las telas con el hilo
metálico de tus desazones mientras
derramabas acordes de fuga
en los arcones de tu infancia

Queda la extensión de tus brazos
en el registro de las caricias y la
huella asimétrica de tu dolor en
la incandescencia de un fuego que
nace en el regazo de las aguas

La huella de tu travesía es una
herida en el corazón de una flor
un paisaje al que le han robado
el horizonte el canto quebrado
de una pimpina hecha de viento

Y sin embargo tu memoria es un
alucinante amanecer de auyamales
florecidos cuyos frutos recogemos
en la orfebrería de las horas para
nutrir la vida con el imán de
tu ternura

ms

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