viernes, mayo 10, 2013

VOCINGLERÍA - EL HOMBRE ESE SER PRESCINDIBLE


Bangladesh / 24 de abril del 2013
foto de Taslima Akhter

EL HOMBRE
ESE SER PRESCINDIBLE

Qué manera tan perversa tenemos de contar los muertos. Y de hacer de ellos o no un alegato para que prosiga interminable la rueda de la muerte.

Más de mil fallecidos se producen al derrumbarse un edificio en Bangladesh, en el cual trabajaban miles de personas en talleres de confección de ropa, ganando salarios insólitos, y sin protección alguna.

Según las agencias noticiosas, se habría advertido la existencia de grietas en la edificación pero la orden del capital fue terminante: deben ir a laborar. La ganancia no toma en consideración días de asueto o detener la producción porque peligra la vida de quienes allí van a buscar las migas de un sustento que apenas alcanza para sobrevivir.

Estos seres no arman la bulla de los sacrificados en atentados terroristas, ni los de las guerras impuestas para el reparto del poder. Ellos parecen llevar adheridos a la piel de su existencia el signo de la muerte. Y cuando ocurre lo único que se desajusta es la entrega a tiempo de los bienes negociados.

Después de unos días, o semanas, cuando se hayan removido las piedras que aún guardan ese aleteo de vivir, otra historia noticiosa tomará su lugar. Y otras edificaciones se levantarán para que otros seres cumplan su destino de una muerte, mucho más lenta, entre telas que jamás vestirán las tristezas de los hijos.

¡El hombre, ese ser prescindible!

Y nosotros, testigos ciegos de una tragedia más, de las tantas que ocurren cada día, en cada lugar, sin que siquiera nos enteremos de sus heridas, sólo nos queda esta palabra rota que quisiera dispararse como una flor sobre el planeta, para con ella enjugar las lágrimas.

Para ellos, en este mayo, toda la luz de Reverón, la luz que será cuando los cielos no estén oscurecidos por el polvo molido del dolor.

Para nosotros, esta imagen, de una belleza estremecedora, que nos invoca el abrazo que no hemos aprendido a dar y en el cual hay lugar para la humanidad entera.

mery sananes
10 de mayo del 2013

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Prescindibles y ni siquiera reciclables... Es así!!!!!

Eduardo S

Anónimo dijo...

Este abrazo de muerte sobre la muerte misma, vale por miles evocaciones de una vida sin lágrimas, sin dolor ni penas.
No basta el polvo de la furia en avalancha para cubrir los ojos y auyentar la vida, si nos reconfortamos con los recuerdos.

Morir en un abrazo de entrega final es retar a la muerte, trascender los instantes del último suspiro.
Qué nobleza atomizada en un acto como si fuese drama pensado sobre las tablas.

Dos cuerpos sin vida en una última promesa de amor

Ramón Santaella

Anónimo dijo...

Como Ud bien lo apunta no es la tragedia de Bangladesh, es nuestra, es de toda la humanidad, es da cada uno de los que aun vivimos esperando morir, es la angustia de los que queremos revertir esta tragedia en vida, es suya y es mia, ojala la angustia nos de fuerza para ir por el camino que da a la luz

Gracias por compartir esos pensamientos

MEGB

Anónimo dijo...

Muy bien expresado. Tragedia terrible que no recibe el tratamiento mediático y consideración necesarios para evitar que estos sucesos se vuelvan a repetir.

María Losan

Anónimo dijo...

Terrible Mery Sananes, el amor tratando de vencer a la muerte.

Myriam Iturra Ampuero

Anónimo dijo...

En ese abrazo, testigo mudo de tanta piel anónima se fue la vida, la rutinaria existencia sin mas horizonte que una lejana esperanza de mirar pasar los días, quizás con algún regalo diferente....Lo dices todo querida poeta, solo resta una honda reflexión tan honda que nos retuerza el alma...

Margarita Parada Palma