viernes, mayo 10, 2013

CARTA A GABRIELA


Gabriela

Qué de palabras quisiera dejarte en este día de tu cumplevida. No tengo tu don de improvisación, pero quisiera recorrer el papel con la agilidad con la que tus dedos danzan sobre el teclado reinventando una melodía en todas sus sonoridades, y soltar la pluma hasta que alcance la estatura del vuelo de los pájaros.

Pero desde aquí, desde este árbol donde se anida el bosque de palabras que un pájaro carpintero moldea para mi, te digo, Gabriela, que no sólo desarrollas ese don, sino junto a él, una técnica producto del esfuerzo y el trabajo riguroso, que debe siempre atemperar la pasión para que alcance resultados inéditos.

Y además construyes una conciencia que no te guardas para tí. La ofrendas al otro con el anhelo de que la música que transmites despierte en cada quien algo más que el regocijo de la belleza.  Que nos haga mejores, más sensibles, más llenos de ternura y fraternidad. Más comprometidos con este mundo terrible en el cual nos ha tocado el duro oficio de vivir.

¿Qué desearte entonces si ya eres pródiga en bienes espirituales? Deseo que tengas muchisima salud, que tus hijas crezcan con tus lecciones y con las propias que irán improvisando, a tu altura, en su propio andar. Que ese bellísima armonía con Sam, que se intuye en ese canto acompasado de su voz con la dulzura de tu piano, perdure por siempre.

Que no llegue a tí nunca ni la aflicción ni la desesperanza, ante tantas batallas que derrotan al hombre cada segundo. Que sigas siempre erguida en tu arte, porque al interpretar traes cada pieza al tiempo de hoy, y emplazas a quien te escucha, a armarse de ese equipaje frugal de sentimientos para enfrentar sus propios fantasmas.

Que jamás se pierda la magia que nos regalas. Ni ese estremecimiento que acompaña cada una de tus interpretaciones. Porque en esas vibraciones el mundo se refunda. Y algún día resplandecerá colectivamente. Con todo mi afecto,

mery sananes
10 de mayo del 2013






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