martes, mayo 13, 2014

PIEDRAS DE ENTREGA


flor del caujaro

PIEDRAS DE ENTREGA

Una muralla de sonidos azules y una manera de mirar sin decirnos adioses ni hacer del olvido una pasión

Era la hora de estar en la misma espera para celebrar la paciencia sábila de los tiempos enardecidos

Ni entonces ni ahora hizo posada de lamento en nuestras manos el paso herido que llevamos al devenir de baúles de entregas y risas

Los compases sin delirios siguieron en nuestras gargantas en afán de marcar el destino hacia días sin luces ni luciérnagas para cruces que nunca más serán esperadas

Y cincuenta años después todo se hizo cosecha permanente de higos y dioses en el reclamo de oraciones que provienen de las marcas dejadas por los golpes del tiempo

Así transitamos sobre el perfil de un hilo que se vuelve nido en los andares de dalias que veneran la conjunción de la permanencia

Todo se hizo altar de instantes capaces de llenarnos del confite de atardeceres que no se apagaban con el mundo marcado por sus disparos contra los bríos de todo constructor de cantares

Y en ese devenir están los peregrinos de  un cuatro de marzo que comenzó a  juntar  caujaros y papagayos en las bendiciones de abuelas que se identifican con las piedras
de sal amores y entregas



Agustín Blanco Muñoz
/11/05/2014


fruto del caujaro

2 comentarios:

Un buscador de joyas dijo...

Aun así, "transitamos sobre el perfil de un hilo" por más que le demos a su fragilidad un sentido hermoso y cercano a la belleza...

Anónimo dijo...

A una imagen común, el autor le da un impecable tratamiento: piedra de sal, amor, entrega, predio de ilusiones. Conmovedor. Profundo.

Iris Guevara