a walt whitman y joseph power
Dos personajes se juntan siempre en nosotros los 31 de mayo. Walt Whitman y Joseph Power. Ambos nacieron ese mismo día. A uno lo conocimos hurgando en los libros y en la poesía las respuestas a las interrogantes sobre la vida. Al segundo lo hallamos un día, entre muchos rostros, y su sonrisa se nos quedó prendida para siempre en el corazón.
El primero establecio las bases de la poesía como expresión del hombre común. Rompía toda parcela y le otorgaba a cada quien la ofrenda de los dioses. El segundo era la mejor ejemplificación de ese deseo y ese sueño. No era teoría, sino una práctica cotidiana, real, en medio de oscuridades mayúsculas.
El primero entendió que su mensaje estaba, tan más allá del entendimiento de los hombres de su tiempo, que anunció que pasarían al menos cien años antes de que pudiese ser comprendido. El segundo llevo a la realización el sueño de Whitman, con la candidez del niño, el amor desbordándosele por todos los costados, y la disposición a ser uno entre todos, la propia esencia del hombre que tendrá que ser.
Ha pasado mucho mas de cien años y Whitman sigue siendo un poeta desconocido aún en su lugar de origen. Su esencia, su vision del hombre como una entidad cosmogónica e individual no se ha percibido como instrumento para la construcción de la democracia verdadera en la que él creía y en la que pensó Estados Unidos sería la mejor evidencia.
Joe nunca desistió, pero no logró tampoco sembrar su utopia. Aquel que trasnportaba inmensos recipientes de agua para repartirla entre los sedientos, aquel que cortaba el cuero para moldear zapatos, encontró que el hombre estaba tan malherido que no lograba entender el sentido y la esencia de ser en una comunidad oferente y ofrendado. Vivió en los barrios de Caracas, dejó sus huellas en calles hoy arrasadas por la violencia. y con sus hijos y su compañera decidio irse un día a los territorios de Nicaragua a seguir sembrando sus sueños.
Un 16 de diciembre, un bus se salio de su carril y lo empujó a una muerte absurda, incomprensible, abrupta.
Ambos, poeta y salmista, son la representación de los tiempos que vendrán. Y cada mayo los traemos de vuelta para que su memoria siembre porvenires en estos escenarios de muerte, desolación, destrucción y desahucio.
Le dejamos estos enlaces para que hurguen un poco en estas vidas, en estos escritos, para que en cada uno se mueva alguna fuerza interior que nos lleve a entrar en las filas de quienes, como quería Walt “establecen a uno para establecer a todos”.
¡Valor aún, hermano o hermana!
Continúa – la libertad ha de ser servida a toda costa;
Nada vale lo que puede ser reprimido con uno o dos
fracasos o con cualquier número de fracasos;
O con la indiferencia o ingratitud del pueblo, o con
cualquier deslealtad,
O mostrando los colmillos del poder, soldados, cañones
códigos penales.
Aquello en lo que creemos, espera por siempre latente
en todos los países.
No invita a nadie, nada promete, se recrea en la paz
y en la luz, es terminante y tranquilo, no conoce la
desilusión.
Aguarda pacientemente, aguarda su hora.
WALT WHITMAN
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