martes, mayo 27, 2014

RECADERÍAS PARA LA INDIA




Mi India

Entonces fue la llamada y el preguntar por lo que tenías como novedad en tu salud. Y  me respondiste con tu aspaviento de siempre: ¡y qué! ¿estás asustado? Mi respuesta fue muy clara y precisa: sí, estoy asustado porque con gente como tú a quien tanto y tanto quiero se me sale el egoísmo supremo que se hace deseo y sueño de que siempre me acompañen.

Y hasta pierdo de vista que eso ya está más que asegurado por los ritos que tanto nos han marcado en esta inmensa travesía por estos difíciles pero alegres caminos.

Pero no podía faltar tu palabra final: quédate tranquilo que yo estoy bien. Seguramente sentiste necesidad de dejarme otra vez ese  sabor a vida vivida y por vivir  que ha sido y es tan tuyo en tu andar enseñando para vivir más y más.


Y aquí te van mis recaderías para tus 87


I

Ana Dolores
hoy me dijiste que tenías
la cabeza revuelta
y me quedé pensando en los días
que  nos revuelven  las
respiraciones y en la vida que
nos conduce a los instantes de
los tiempos que nunca  terminarán.

II

Mira mi India
que bueno que te empeñes
en decirle a la noche
los secretos que  dejan
en tu alma los rayitos
de la eternidad de cada uno
de los mayos y abriles

III

India Amor
yo quiero que me digas
de dónde fue que saliste y cómo
fue tu proceder para ganarte
los hilos de los pétalos
de todos los días Nazareth

IV

Ana Dolores
hoy quiero que sepas
y nunca lo olvides 
que hay estallidos de risas
montados en el altar del corazón
que tengo para ti

V

Ana India
anda y pregúntale al viento
por los imanes de rosas blancas
que están sembradas en los
andenes de sal que los
amaneceres construyen para ti

VI

India
Deja de reírte mío porque
me voy a poner a hablarle tuyo
a la luna que aún no conoce el
sendero donde sembraste sus
semillas de brillo para
más atardeceres

VII

Ana Dolores
hoy supe que los pajaritos
que se la pasan en el jardín de
tus columpios le hacen
serenatas a los nidos de las
paraulatas por decisión de tu
  cofradía de amores

VIII

Mira India
no olvides nunca
que tú no naciste para decir adiós
sino para cosechar y recoger
pizzicatos para el festejo
de las vidas de siempre


 agustín blanco muñoz
27 de mayo del 2014



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