jueves, noviembre 14, 2019

EDUARDO GASCA - CUATRO ODAS

Maestro Gasca
visto por Alfonso arvajal
artista plástico (VAlencia 1962)


CUATRO ODAS DE EDUARDO GASCA




ODA A LA BOTELLA DE GASOLINA

Por vía seca
nitrato sediento y nevazúcar
clorato ansioso y ampolla de agua regia
y mucha suerte hermética
por vía húmeda
rabo de estopa
y llama
y alas en los pies
una botella de gasolina
vuela
torpe
como la avutarda
y aterriza como una salamandra
frasco de agua ardiente
prima de la granada olorosa
y si el tanque de guerra es un pie de acero
con orugas
y la granada en el suelo huevo de uvas
y hoja de morera
revienta un mosto de candela y seda flameada
y si el tanque una gallina gris con ruedas
y la granada un huevo de esquirlas
eclosiona un dragón plumudo
dice heráclito y dice ningún vehículo
se baña dos veces en la misma molotov
una botella lanzada en parábola
se hunde como un barco
en un mar de panes y de peces
de fuego

ODA AL VIEJO VOTANTE

Viejo volante aterrizado
polvoroso polvoriento polvorudo
silba
por las copas verdes de los árboles
que son el pueblo bosque de esperanzas
y la internacional y otros lugares en común
ondea
amarillo el oro azul de la azul esfera
roja la sangre que derramaron y las estrellas
de las provincias y el martillo
seguro dale duro
métete
culebreando
como un papagayo
bajo las puertas
levántate álzate incorpórate resiste
no votes y demás
fricativas sonoras
territorio libre renuncia Rómulo y otras
oclusivas más bien dentales
recién nacías
en los techos
en tres minutos
como un tabaquito como una oruga como una
mariposa
bandadas de mariposas blancas parpadeando el
cielo de la ciudad
la lucha armada era mariposa era volante era
cosa de aire
que se recoge

ODA A UNA PIEDRA PARA LANZAR

Piedra para lanzar
Piedra del odio
Pujido del monte pisado por otra montaña
Magma mal parido
Canto rodado en ríos del abuso
Arruga del miedo y el desconcierto
Minuto endurecido en los llanos inmensos
del despojo
Perla en la concha de una defensa inútil
bajo el tiempo
Piedra
Último ladrillo de la casa allanada
Único diente flaco bajo una lengua gorda
Quiste de las noches con sirenas
Hematoma cuajado en interrogatorios de arena
Piedra con aristas para los cristales
Puño de nudos para la cara de una vidriera
Pájaro de la calle para empollar
el huevo colorado que da vueltas
sobre el techo de esa patrulla

ODA A UN CUERO DE CULEBRA

Que sea aquí
bajandito
hoy
en este río
el tropiezo de una frazzani con suela de tractor garantizada contra picaduras a mansalva en tobillos con el cuero de una que fue peligrosa serpiente ida ahora de su cuerpo
este es un río sin agua
este es un cuero de piedras
y una bota
nada tiene que ver con todo
un pellejo de manzana tirado a la puerta del paraíso
una lengua viperina seca
a la vera del camino
a la que nadie escucha
cuero sin ojos, desojado
de esa bolita malísima
que miró subir las botas
que miró bajar las piernas
vivos arriba
muertos abajo
doble vía de mi década
la culebra es el seso de los mitos
la culebra es el sexo de la tierra
Valle-
jo
hasta he dado clases de val-
lejos


Eduardo Gasca
Todos los versos

Caracas, Monte Ávila Editores, C
olección Altazor, 2019, pp. 47-56


En entrevista (inédita) que le hiciera Eduardo Embry a Eduardo Gasca le hizo esta pregunta y esta fue su respuesta:


"E.E. ¿Podría contarme, por favor, la historia de estos tres poemas?


E.G. Comenzamos bien el cuestionario, con una pregunta jodedora… porque los “tres” poemas que me mandaste, si los contamos con los dedos, son cuatro. Mis Cuatro odas.

Cuatro odas pretendía ser un libro (aunque en páginas no da ni para cuaderno). Recuerdo que a mediados de la década de los 80 quería escribir poesía sobre la violencia revolucionaria en general, poesía violenta, hacer una especie de reivindicación poética política (o política poética) de la lucha armada, entre otras cosas porque todo el mundo (mi mundo, mis camaradas) parecía estar empeñado en lavarnos del baño de inmersión en la violencia que nos dimos sobre todo dos décadas antes cuando fuimos al asalto del cielo formando un infierno del demonio acá en la tierra, queriendo poner a parir a la historia. 

Sentí correr muy fuerte esa corriente de desdecirnos de nosotros mismos, de nuestro haber estado más vivos que nunca en nuestras vidas, y me pasó lo que siempre me pasa: el instinto de salvación me hace nadar contra la corriente. Nadar contra la corriente me ha salvado siempre de ahogarme por seguir la corriente. Por eso hice odas que cantan la violencia cuando lo corriente es que las odas canten más bien la paz y los pajaritos preñados. 

O sea que en sentido estricto no son 4 odas sino 4 no odas, no odas tanto. Y son 4 en homenaje a Neruda, que las hacía elementales, porque 4 son los elementos, y en homenaje a Eliot, por sus 4 cuartetos, no odas, pero también elementales. Bueno, eso fue hasta los 80, ya yo no odo más."


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