sábado, noviembre 09, 2019
EL RITMO PRECISO DE LA ALEGRÍA
El árbol de la vida / Gustav Klimt
Hermano del alma
A veces cuando hay tanto que decir, las
palabras se transforman en aire, en ala, en silencio. Esos espacios poblados en
el cual nos instalamos, para no hacer ruido y dejar que esas mismas corrientes
lleven a los confines de la niebla, las recaderías que quedaron sujetas a
un plumaje que perdió su tintura.
Y en verdad siempre nos hemos comunicado a
través de esos jeroglíficos que hacen de la existencia un permanente acto de
magia. En una lágrima caben todas las tristezas. Y uno la retiene entre los párpados
para que no se haga creciente indetenible. Y en el interior de los ojos, no hay
espacio inalcanzable. Allí está inscrito el árbol de la vida.
Así que conjugamos desde siempre un vivir que
no llegó a alcanzar el ritmo preciso de la alegría, pero que se inventó un
alfabeto que contuviera todos los silencios que dieran cuenta de un haber que sin medida nos otorgamos, para comprender
que ni la ausencia que contiene la presencia, ni la que después busca albergue
en las laderas de una colinas lejanas,
podía acallar el vendaval de los sueños que nos inventamos.
Y hoy vengo de nuevo a lanzar estos guijarros al
cauce de los ríos recrecidos para que lleguen a los confines de tu siembra para darte cuenta del
nacimiento de una niña que lleva tus signos y que tu hijo te entrega para que te llenes de la alegría de volver a ser abuelo.
Vino a nacer en esos espacios que supieron de
ti en busca de todos los cobijos,
siembra invisible de cantos recogidos en las noches, que dejaste dispersos en
cada uno de los hospedajes que te vieron ir y venir. Y que nunca perdieron la
sonoridad de tu estar abrumado, que convertías en canto de cosechas.
Y en estos días en que de nuevo has cumplido
los años que nos sigues entregando, queríamos dejarte sus primeras sonrisas, las de su madre y las del hijo, las de la
abuela, y esas ganas de que estuvieras aún más cerca de lo que siempre estás.
Que ese nacimiento te lleve a proseguir tu
vigilia sobre todos nosotros y haga que en tu abatido corazón, vuelva a resonar el trino de los pájaros que nunca dejo de cultivar. Muuucho
Tu hermanita
07 noviembre 2019
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