lunes, julio 13, 2020

HIJOS - ZAIRA ANDRADE



Gustav Klimt

Este poema fue escrito por Zaira Andrade, en febrero de 1974. Recien lo consiguió junto a una carta que jamás fue a dar a un buzón.

Su contenido, ejecución y desarrollo, su temática y su abordaje sobre un tema como es el de los Hijos es realmente asombroso y excepcional

Realmente se trata de leerlo mas que de comentarlo. Hay en el una sabiduria que cobra dimensiones extraordinarias, cualidades que, de paso, asombran pero no sorprenden en esta mujer que ya cumplidos sus cien años, sigue ejerciendo sus labores de maga repartiendo sin cesar racimos de un amor sin rupturas

Una alegría, una fiesta de la palabra y el espíritu traerla de nuevo a estas páginas que son suyas con la viga maestra de este poema, en verdad magistral y de altísimo vuelo. Gracias Zaira.


HIJOS:

La vida de los hijos,
nuestra vida,
que se prolonga siempre
en la distancia
porque reparte gérmenes
de vida
en cuevas, en cavernas,
en galaxias.
pareja cro-magnón
que con su cría,
sirvió de testimonio
de la historia.

Pithecantropus-niño,
nuevo padre
de otro pithecantropus
milenario,
que supo de la lucha,
de los riesgos
y transmitió la esencia
de la herencia
en ese aprendizaje
solitario
que hizo del hombre
el vencedor del mundo,
porque venció en sí mismo
las pasiones
y dominó las fieras
y los árboles
y conoció el rigor de las tormentas
y protegió su cría
paso a paso,
para hacerla llegar
hasta nosotros,
hasta ti, que comienzas
y repites
lo que un hombre intentó,
para legarlo.

Sólo el hombre relata
lo que existe,
porque tiene memoria
para el canto.

Sólo el hombre corrige
mientras vive,
porque tiene conciencia,
con su llanto
adquiere sentimiento
de tristeza,
adquiere, con su risa,
sentido de lo hermoso,
de lo humano.

Sólo el hombre-conciencia
llora y ríe,
y siente y piensa,
rectifica y canta,
y doblega los seres y las cosas,
para hacerlos más libres,
sin dañarlos,
sin alterar la esencia
misteriosa
y compartir en la armonía cósmica
su dar y recibir
de legatario,
herencia del pasado y del presente
que lo transforma en corazón
del mundo,
al poder transmitir
hacia el futuro
el impulso ancestral
siempre más alto.

Así comenzó el hombre
su carrera,
primero solo,
luego en pareja
para intercambiar su canto,
antiguo dúo que dejó
en las piedras
la historia de sus luchas
y sus pasos.
después se hicieron tres
triángulo frágil
que rompió la igualdad
del brazo a brazo
y surgió el despertar
de la ternura,
del mimo, del cuidado,
del hallazgo, de una preocupación,
primera cuna
de piedras y de hojas
y el regazo,
de la naturaleza conmovida
por la fragilidad
del ser humano.

El canto se hizo dulce,
misterioso,
canción de cuna
de una madre arcaica
que no hablaba de cocos ni de ogros,
sino de tempestades, tigres
y glaciares.
el niño se hizo hombre,
en la piedra grabó
toda su infancia
y su recuerdo fue legado a ti,
centro, depositario de su raza.
aquí estás tú,
guardián-ejecutor
de herencia y casta,
igual es tu conciencia
y tu memoria,
tu risa igual,
tu canto y tu esperanza.
ante el año 2000
de nuestra era,
tú serás el poliedro
de mil caras,
para dejar el testimonio
claro
de tu aporte en la marcha
milenaria.

No luchas con tormentas
ni glaciares,
no estás solo ante fieras
y alimañas,
no has de grabar en piedra
tus recuerdos,
ni descubrir la rueda,
el fuego, el agua,
pero es igual la lucha,
igual y solitaria,
habrás de defender la esencia
pura
que te trajo hasta aquí desde la bruma,
la llevarás por ríos
y montañas,
tu pecho lleva la canción
de cuna
que cantaba la madre
milenaria
y todas las canciones
que cantaron
las madres en sus múltiples
paisajes,
ellas te servirán para el camino
y no habrá error,
fatigas ni desastres,
el hombre solo no conquista
el mundo,
debe tomarlo y ofrendarlo
a alguien,
que habrá de repetir,
como en lo antiguo,
como hizo ayer y hoy,
mensaje y acto.





ZAIRA ANDRADE
22 FEBRERO 1974


2 comentarios:

Contracorriente dijo...

Después de escuchar este canto,
que hacia dentro nos encanta,
provoca decirle a Zaira:
¡Es cierto! no descubriremos
ya la rueda, ni el agua, ni los cielos,
pero con cantos como el tuyo
nos basta ahora y nos bastará mañana,
porque en nosotros se renuevan ciclos,
giros, grutas, aguas, cielos, tempestades
y este respiro ulterior a todo trance,
y este asombro embargador que a nadie arruina.

Y daremos gracias silenciosas,
falta no harán los albedríos,
por esta vida remozada;
la que -hilo a hilo-
nos legan las abejas laboriosas,
las madonas donadoras
de espigas, frutos, zumos y verdores
que, como árboles,
seguirán creciéndole al abismo.
.
Un abrazo, Mery, cargado de brotes de esperanza, como ésta que en plena belleza nos compartes.

zenaida dijo...

Muy hermoso ahojala viva muchos años llena de salud .